Dibujar un trébol en la corona de una pinta. Una Guinness, por supuesto. Y cuatro hojas, siempre. ¿Manía? No. Un ritual. Y si suena Van Morrison... Lo más.
Maestra de nada y aprendiz de todo. Una mujer tranquila con alma inquieta de nueve musas, sensible al discreto en encanto del lado oculto de la luna.
A veces callada y pensativa, otras risueña y soñadora, siempre con algo que contar.
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