jueves, 25 de noviembre de 2010

Nube de tango


Hay días que no sabes por qué, se tiene una nube gris en el pecho, un nubarrón a punto de romper a llover. No es nada molesta la nubecilla, pero aparece así, sin más, sin llamarla ni desearla. Hay días así... De jersey gris y mirar por la ventana pensando en nada; de acordarse de Cortázar y sentirse melancólicamente "ennubada"; de oír de refilón un tango y no saber qué cara muestra hoy: el pasional o el triste. Melancólico, supongo. Que un tango sea la banda sonora de un nubarrón emocional empuja con violencia la rotura de la gran nube en una larga y profunda lluvia purificadora para, al final, brille rutilante el sol. (Poética forma de describir un llanto solitario que, de vez cuando, es necesario. Te libera, y además te deja un brillo en los ojos...)


El tango es el estilo musical más elegante de todos los que conozco (y de los que me quedan aún por descubrir). Y de los más humanos. Es visceral, melancólico, saca de tí lo más desgarrador si te toma cuando estás triste, haciéndote caer a lo más profundo, para levantarte y salir a flote. Sin embargo, si te toma de la cintura con delicadeza, es pasional, amoroso, te sonríe pícaro con cadencia para conseguir su deseo, sacar lo mejor de tí en el vaivén de sus compases. Aunque muestre dos caras de una misma moneda, el tango siempre, siempre, siempre será de la misma forma: liberador.


En este micromomento nublado, de decantarme más por llorar que por reír esta tarde, me zarandea tomándome por la cintura, delicado, susurrando al oído: "Olvida todo el tiempo que dure el tango. Y déjate llevar".


Pd. ¿Hay algo más liberador que "Libertango"?




lunes, 15 de noviembre de 2010

Tengo una gramola y un desván





Me he decidido a abrir un blog paralelo donde iré organizando la banda sonora de mi vida, se llama "Una gramola en el desván".

Estáis todos/as invitados, ya sea para tomar un café tranquilamente, montar una fiesta, ahogar las penas y alegrías... Ya sabéis, para lo que gustéis.

martes, 9 de noviembre de 2010

Un ramito de violetas

"Desde anoche estoy nerviosa, expectante y excitada. ¿La razón? Ser 9 de noviembre. Esta fecha, así tan solitaria, no dice nada así tan desnuda. Pero si se viste de un ramo de flores, exactamente de violetas, significa todo, porque me hace sentir viva, hermosa, como si cumpliese 15 años los 9 de noviembre de cada año. ¡Ay! Me levantaré, prepararé el desayuno y tendré una sonrisa que no podré esconder esperando la llegada de ese ramito. ¿Quién me lo mandará? Hace años que lo recibo y aún no sé quien es este admirador secreto, ni intuyo quien puede ser. ¿Será un conocido? Ay, si escuchase de sus labios todo lo que me escribe en esos versos primaverales; si rozase sus manos al coger el ramito... Si se enterase mi marido... ¡Ay! Vivo en un sinvivir."
Fdo. La mujer en la que se inspiró Cecilia para el ramito de violetas.