Cuando era pequeña pasaba horas buscando mariquitas. Un día me rendí y me quedé dormida en la hierba. Al despertar, las tenía por todo el cuerpo.
sábado, 28 de agosto de 2010
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...o el discreto encanto de las pequeñas cosas
3 comentarios:
¡Qué fotografía más singular y curiosa!
Besos
Una foto muy tierna. Me gusta mucho la entrada, Palmira. Has conjugado a la perfección la fotografía con el texto, como solamente tú sabes hacerlo.
Un besset.
¡Deliciosa entrada! Si la historia es cierta, es un recuerdo precioso. Y si es inventada, muy buena la imagen que has creado.
Saludos
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