domingo, 22 de agosto de 2010

Mediterráneo




"A tus atardeceres rojos

se acostumbraron mis ojos

son como el recodo al camino...

(...) Tengo alma de marinero... (...)"

("Mediterráneo", Joan Manuel Serrat)


Aunque sea de tierra llana, de solana y secano, sabes que estoy ligada a tí antes de nacer, mucho, mucho antes. Hay una parte de mí encadenada a tí. Al año te descubrí, me acunaste y descubriste nuevas sensaciones, fue mi primera vez... En tí. Año tras otro me recibiste con los brazos abiertos como el hijo pródigo que vuelve a casa, ofreciéndome lo mejor que podías ofrecer, todo dádivas y regalos que atesorar en el presente y en el recuerdo. Hoy, te echo de menos. Te añoro. Quisiera que me volvieses a acunar, como la primera y la última vez que lo hiciste. Te extraño.


Quien sabe si seguiremos teniendo esta extraña unión: ¿habrá más primeras veces? Eso sólo lo sabes tú, tienes más poder que yo para saberlo. Alguno de estos días volveré como la hija pródiga (no me pariste, pero me adoptaste), te abrazaré y conversaremos largo y tendido mirándonos a los ojos. Sé que tú me recibirás con amor, como siempre has hecho... Espérame, aún tengo que volver a tí.






2 comentarios:

Marino Baler dijo...

Curioso. Siempre añoramos lo que no tenemos. Yo soy de tierra de mar, mi pueblo está cerca del "mare nostrum" y, la verdad, no lo suelo visitar, no me gusta. Prefiero montañas y ríos, donde en otoño se ponga todo de un color rojizo y en invierno el frío, el cierzo, te golpee sin piedad. Del mar solamente me gustan sus amaneceres... lo malo es que hay que madrugar.

Un besset.

José Núñez de Cela dijo...

El mar siempre te acoge... desde la orilla