Las noches de verano son para dedicarse a la vida contemplativa. Sí, sí, en el sentido literal de la palabra. Para "contemplar", pasando por "embelesar" y terminando en "adorar". Mirar el cielo tras un día duro, y sentirte minúscula, infinitamente pequeña ante la oscuridad majestuosa y, sentir esa sensación mezcla de ser tan poquita cosa y ser afortunada por estar aquí, es uno de los grandes placeres de la vida.
Esta noche, es una de esas noches veraniegas especiales, de mirar al cielo pensando en todo y nada a la vez, de pasar horas y horas mirándolo y, cada vez que lo miras, más te gusta y no puedes dejar de hacerlo... Hoy, hay luna azul, la segunda luna llena del mes, algo doblemente mágico porque es poco usual que en un mismo mes haya dos lunas llenas, y que una de ellas, esté rodeada de un halo de un color azul intenso.
Está preciosa. Azul y llena... De sueños. El mío de hoy, que la luna acabe siendo dorada.
..."And then there suddenly appeared before me, the only one my arms will ever hold I hear somebody whisper: "Please, adore me". And when I looked, the moon had turned to gold" ...
1 comentario:
Coincido contigo. Los mejores momentos se disfrutan en las noches de verano con lunas como estas y aún con la humedad de después de la tormenta como así ha sido la noche por aquí.
Saludos nocturnos, veraniegos y lunáticos !
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