jueves, 28 de julio de 2016

Sprechen Deutsch!

Tener planes alegra la vida. Más que planes, retos, porque una es muy de desafíos, y si son mentales, mucho mejor.

Difícil pero no imposible, rendirse nunca es una opción. 

Lo más importante: lo hago porque quiero, porque puedo, porque me hace sentir muy muy muy bien y porque me hace sentir viva. ¿Acaso existe alguien que estimule esta mente más que una misma? Hasta la fecha, no. Más adelante, ya veremos... Porque rendirse nunca es una opción ;) 



viernes, 3 de junio de 2016

Felicidades, chiquitina

Cada 3 de junio es diferente del anterior. Será que un 3 de junio de no importa qué año, no por ocultar la edad sino por la vanidad de olvidar la que realmente tengo y plantarme un año o dos de más sin querer, tuve la genialidad de decidir aterrizar en el mundo y celebrarlo. Este año las velas que soplaré no son de cera, ni siquiera arderán. Son velas de un inmenso velero en el que me embarcaré para conocer nuevas gentes y lugares, para perderme y encontrarme en el camino.

Este año, como siempre, poco me importará ser un poco más vieja porque siempre he querido ser mayor... Aunque dudo que alguna vez deje de ser tan joven. Me siento bien así, creciendo incongruentemente hacia atrás, siendo más joven cuanto más madura me vuelvo.

Chiquitina, este nuevo año será redondo, grande, completo para tí.

Sopla las velas y se te dará.

Feliz cumpleaños.



sábado, 9 de abril de 2016

Canciones para el amor propio I

Instrucciones:

1. Elija una canción de temática amor-erótico-festiva que le haga sentir muy bien.

2. Cambie el objeto de deseo por una/o misma/o convirtiéndose en emisor y receptor de la acción.

3. Presione el botón "Play".

4. Escúchela. Siéntala. Déjese llevar por la música, mírese en el espejo y reencuéntrese con su "Yo interior".

5. Ámese. Posiblemente no exista nadie más que le ame más. De existir alguien más, habrá que empezar por una/o misma/o, ¿verdad?


Pd. ¿Egocentrismo? No. Amor propio (y del bueno).


miércoles, 31 de diciembre de 2014



Lo que mi red social de cabecera se deja en el tintero en el resumen de mi año: 


-Cerrar ciclos con menos dolor. Será por experiencia, será porque cada vez tengo más claro lo que quiero, será que cada año soy más vieja y más pelleja, será que por fin aprendo a elegir mejor. 

-Las relaciones, como la energía, ni se crean ni se destruyen: se transforman.

-Cuando se cierra una puerta, se abren mil ventanas. 

-Lo soñado en antaño se hace realidad cualquier año. Verdad verdadera, de la buena, buena. Este año he sido consciente que así es sí o sí. 

-Radio. Artículos. Volver a estudiar. 

-Un viaje a lo "Thelma y Louise" inolvidable. Uno de los mejores veranos de mi vida.  

-Los miércoles son el mejor día de la semana  

-El ramo me lo llevé yo  

-Los besos, abrazos, sonrisas y demás cositas que mi red social de cabecera nunca jamás pondrá en "su" resumen de mi año, esas... Esas me las quedo yo, para mí, guardaditas en un arcón.


Si hace exactamente hace un año aseguraba "estar como nunca", doy fe de ello, este año he estado como nunca. Además, he descubierto que lo mejor, es que la vida me sorprenda (a lo grande y para bien). Así que si resumo en una palabra todo este año, la palabra adecuada es: satisfacción.
Estoy sa-tis-fe-cha.

Y quiero más. Siempre quiero más. Merezco más.

Por eso, este 2015 lo recibiré con las manos abiertas, porque sé que este año será de esos de recibirlo con brazos abiertos y despedirlo con un mega abrazo, que este año volveré a estar como nunca y que viene repletito de cosas buenas... Para empezar, 2015 me trae un "tío grande" a quien querer y achuchar 


Para todos y todas, mi deseo para esta noche es que estéis, estemos, de nuevo, como nunca.

jueves, 7 de agosto de 2014

Los besos de Agosto...

(Para la lectura de este "post", se recomienda leerlo con la voz de Karen Souza de fondo... Puedes hacerlo si pinchas la vídeo-lista de reproducción que hay al final de la entrada. Elige la versión que más te guste y disfruta :) ) 




Asomada en la terraza, como "La mujer en la ventana" de Dalí, ensimismada viendo pasar las luces de los barquitos, oigo que preguntas qué me apetece tomar. Con mi mirada absorta en el reflejo de las luces del pueblo sobre el mar y los codos apoyados en la barandilla, tu pregunta se mezcla con la voz de Karen Souza y el sonido de las olas, "entreoyesoñándote", tu voz me despierta, mis labios se giran y piden una "piñacolada" como deseo... Sin girar el cuerpo e intuyendo tu sonrisa en mi espalda, en lo que dura tu paseo a la cocina dispuesto a complacer mi deseo, decido esperar tu regreso recostando mi cuerpo en los cojines del sofá de la terraza.



Con la mirada perdida en las olas, los pies estirados y con la caricia de la brisa, los aromas a madreselva y jazmín me embriagan entrando en un estado onírico, espeso, sensual, dulzarrón, de esos de cerrar los ojos, querer retener esa sensación por siempre y ser consciente que sólo dura un instante, contener ese aroma en un suspiro y saber que sí, que así quedará por siempre en la memoria. Entonces, sonrío... Una ráfaga de brisa fresca me estremece, refrescando este orgasmo multisensorial, erizando mi piel y, apareces tú, con dos copas en las manos y tu sonrisa complacida, cómplice, de "voyeur"... Porque tú sabes qué ha pasado, qué he sentido, sin decir una sola palabra... Porque sólo mirándome lo sabes... Porque tú y yo sabemos, que hay veces, que no hacen falta manos, ni labios... Que con la brisa, el jazmín, las olas y Karen Souza de fondo, también es posible... 



Te sonrío. "Gracias". Me sonríes. Guiñas un ojo. Te sientas en el otro extremo del sofá. Pruebo la "piñacolada". Mmmmmmmmmm... "Qué bueno...". Vuelvo a sonreír. Te miro. Sonríes... Reclinas la cabeza hacia atrás en uno de los cojines, estiras las piernas, bebes un sorbo y... Te dejas llevar por la brisa, el jazmín, las olas, la música... Como antes hice yo. Entonces, te miro. Tú, avispado y morboso, te dejas llevar sin cerrar los ojos... Tan valiente, sostienes mi mirada, la sonrisa pícara y amorosa de mi mirada... Adoro la sonrisa de tu mirada. Entonces... Mis ojos comienzan a besar tus ojos, con cadencia y sin prisa... Tu nariz, tus mejillas... Acaricio con mis pestañas... Tus comisuras, tus labios... Mis ojos se recrean en un beso lento, dulce... En tus labios, tu barbilla... Rozo tu cuello con la caída de mis párpados, mis pestañas... Llegar al "bósforo", tu "bósforo", allí donde se unen tu cuello y las clavículas... Besarlo intensamente con los ojos... Sonreír. Saber que sonríes. Saber que piensas que te miraré ahora y no... Todavía no. Ahora mis ojos te miran como si fuesen mis manos... Tu clavícula, la piel que limita con el botón abierto de tu camisa justo ahí, entre tu "bósforo" y tu pecho... Desear desabrochar el resto de botones... Y desabrocharlos con la mirada... Y, en lo que humedezco mis labios y en un sensual y lento pestañeo, alzo mi mirada buscando la tuya... Nos sonreímos, nos miramos y... Sabemos qué ha pasado, qué hemos sentido, sin decir una sola palabra... Porque sólo mirándonos lo sabemos... Porque tú y yo sabemos, que estas miradas, tan nuestras, son los primeros pasos previos a las manos, los labios... A nosotros. 



... Así son nuestras noches de verano en Agosto... De brisa, jazmín, olas, música y... De besos con los ojos... 


miércoles, 6 de agosto de 2014

Kill Bill ó mil dolores pequeños

Nunca me han escayolado nada. Nunca he visitado la Casa Socorro. Nunca me habían dado puntos... Hasta hace pocos días. 

Como preparación previa, decidí tener un finde relajado y meterme entre pecho y espalda los dos volúmenes de "Kill Bill" de Tarantino: 

  1. Porque al igual que Beatrix Kiddo (Uma Thurman), debía prepararme mentalmente con Pai Mei (a falta de maestro Zen, bien vale una peli) para poder convertirme en La Mamba Negra y lidiar con la katana a la que me enfrentaba... Vamos, el bisturí...
  2. Para ser tan fuerte como La Mamba para cuando llegase el momento de ser "La novia", para tocar el dolor y volver a ser fuerte. Vamos, para superar los puntos... 
  3. Porque qué demonios... Me gusta Kill Bill. Me gusta esta peli porque la "prota" es una tía fuerte. Aunque Tarantino ya sabemos cómo es: sangriento y gore, y a mí no me gusta tanta guarrería de sangre, esas escenas no las miro... me tapo los ojos. 
Soy aprensiva. Qué le vamos a hacer... No puedo mirar una aguja. Y un bisturí ó aguja de puntos, ni te cuento... Pero si todo fuese no mirar, ay... Lo peor es, oírlo. O recrear en tu mente lo que te están haciendo... Así que, prefiero que en esos momentos, no me hablen, ni pregunten ni digan nada, para concentrarme en no pensar... Pero bah, da igual, me hablaban tanto el médico y enfermera que parecía un gallinero y pensé volverme majareta... En cierto modo, agradezco la "verbena" que montaron a lo Hermanos Marx, porque es una forma de no pensar y evadir el dolor :) 

Una vez alguien me dijo que si alguna vez sintiese dolor, que no tuviese miedo, porque el dolor nos recuerda que estamos vivos. También me dijo que siempre siempre siempre, me anticipase al dolor, y antes de que apareciese, tomara un ibuprofeno... 

El mal rato de la operación pasó, ahora queda sentirse "viva" una temporadita... Con mil dolores pequeños... Y pasitos de "Click" de Playmobil... Porque el "ibuprofeno", MI IBUPROFENO, ya lo tomé... Killbillfeno. 

Como La Mamba en el duelo de La Casa de las hojas azules, estoy tocada, pero no hundida... EL DOLOR ME LO COMO CON PATATAS FRITAS. Aunque duela. 

Pd. Me encanta, me encanta, me encanta la escena del duelo con la nipona. La versión del "Don't let me be misunderstood" de Nina Simone (y muy conocida gracias a The Animals), por Santa Esmeralda... Es hortera, horteríiiiiisima, pero le va que ni al pelo a la escena. Además, da subidón, y me encanta. 


Ppd. Ay... Qué poquito me quejo... Ay. 


miércoles, 23 de julio de 2014

A mí se me conquista...



Siempre me ha hecho gracia la típica baldosa-souvenir que corona las paredes de muchos bares "tipical-spanish-con-suelos-paredes-y-perfume-en-el-ambiente-en-general-con-solera-de-la-güena-güena-y-los-palillos-ni-te-cuento", en la que se refleja, con gran sabiduría ¿popular?, las etapas de la mujer comparándola con distintos lugares del mundo... Gran geógrafo y conocedor de mujeres tuvo que ser el ideólogo para llegar a tan sesudas conclusiones, y el trabajito de estadística que se metió entre pecho y espalda, no lo quiero ni imaginar...

A mí, siguiendo la baldosa, estaría entre la India y América. Pues no voy mal, no... Cálida, misteriosa y técnicamente perfecta. Con esto, me puedo dar con un canto en los dientes...

Pues no, no me lo doy. Porque puede que lo sea, o puede que no (si soy misteriosa, no voy a desvelar el misterio... Si no, menuda gracia...), pero soy mucho más que eso. Y desde luego, a mí no se me conquista como si fuese las Américas; y en caso de serlo, como tierra rica y fértil, no me haría ninguna gracia que viniese un Hernán Cortés, llegase, clavase la pica como si estuviese en Flandes y ¡conquista al canto! Pues no. Así, no.

A mí, para conquistar la geografía y los mapas de mi cuerpo, hay que conquistar primero a la Jefa de Estado de esta Nación Independiente: a mí, a mi cerebro y mi corazón.

Y a mí se me conquista... Como dice la canción de Antílopez. Sí. Porque he de confesarlo, a veces no encuentro las palabras adecuadas al hablar, gran paradoja en una persona tan locuaz y elocuente al escribir, pero es así, por eso demuestro mi afecto con gestos y con un silencio, un beso, un abrazo, una caricia o una mirada... Cuando a veces no encuentro las palabras para expresarme, no porque no sienta, sino porque la emoción me embarga y si dejo que salga, sale todo de repente, a borbotones y trompicones... La  música ayuda, porque expresa "eso" que a mí me cuesta verbalizar...

Y encontré este descubrimiento musical, Antílopez, una mezcla pop-flamenco-hiperrealista-conungrantoquedehumor que me dejó toda loca (para mí, son los nuevos Martirio-Kiko Veneno... Son muy originales, algo que musicalmente echaba de menos) y, que acierta en gran medida en cómo se me ha de conquistar.


A mí se me conquista con un tanguillo y por soleares
a mí se me conquista con un "Te quiero" y con dos verdades
a mí se me conquista con unos ojos y con unos labios
diciendo "Niña, que yo soy tuyo y que tú lo sabes"



Así, SÍ. 

Pd. Me encantan. Desde que los descubrí los canto desde que me levanto. Sólo me falta cantarlo tendiendo ropa en un patio de luces... Me parto XD 


martes, 15 de julio de 2014

Palmira en la radio... Objetivo Bitácora



La inquietud y la curiosidad de esta bloguera no tiene límites. Así es,  birlibirloques... Desde hace unas semanas, comienzo una nueva faceta, desconocida y muy muy muy ilusionante para mí. 


LOCUTORA DE RADIO


Sí, leéis bien. Una pequeña pincelada al cuadro va conformando la vida de esta bloguera. Algo más que añadir al currículo personal. Algo más que quizás, me guíe hacia otros caminos, me abra otras puertas. Algo más que contar a mis hijos y nietos. Algo que me regala el presente y debo disfrutar. 

Cuando me lo propusieron no me lo pensé dos veces, ni permití que apareciesen dudas ni sentimientos mezclados de si debo o no debo hacerlo, ni la eterna encrucijada indecisa. Nada de eso. Sin pensar. Sin pensar porque mi vocecita interior me decía "¡Dí síiiiii, dí SÍIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!" . Y lo dije. 

Lo dije porque era una de esas cosas que siempre sueñas y piensas eso de "algún día... pero baaaaah, eso es imposible...". Y no, no lo es. Imposible es una palabra que cada día se destierra de mi vocabulario, cada día, un poquitín más. 

Dije SÍ porque era un sueño hecho realidad. 

Dije SÍ por todas esas tardes en las que mi yayo, mi abuelo materno, cogía su magnetófono y el micro (sí, era como el de las pelis de espías: con mini cintas y mini micrófono, ¡era chulísimo!), me sentaba frente a ese artilugio y me grababa mientras yo cantaba, hablaba de mis cosas ó le entrevistaba a él, a mi yaya, a mis padres, a mi hermana, a mis primas, a las vecinas... 

Dije SÍ porque me pasaba las tardes de verano con un radiocasete grabando música para luego "regrabarme" haciendo de locutora y crear mi propio programa de música. 

Dije SÍ por aquella tarde de verano en la radio, en la que por un concurso fuí locutora por un día, programa de verano en el que se defendían dos grupos musicales y los oyentes votaban por uno de ellos. Y mi yayo, llamó, como radioyente, y hablé con él, como locutora. Llamó para votar por el mío. 

Por todas estas pequeñas cosas dije SÍ sin pensarlo dos veces. Porque una vocecita interior me impulsaba a decirlo... 

Y éste es mi programa: Objetivo Bitácora. Un programa de viajes por las ciudades de todo el mundo.  Un programa chiquitín, pequeño, recién nacido. 

Os dejo el enlace de los últimos programas, de los que espero, os gusten. 



miércoles, 18 de junio de 2014

Mensaje en una botella



...A los pies del muelle, antes de que partiese el barco, ella dijo:

        -Mándame un mensaje en una botella.

Cuando el magnífico velero inmerso en una gran botella apareció frente a su casa, abrió el tapón y se embarcó dejando todo lo que tenía.

      " Mándame tu respuesta, contigo, dentro de un velero."



domingo, 9 de marzo de 2014

Permeable, hedonista y emocional

Para Pitágoras, todo es número y explicó el universo en términos matemáticos. Lo increible, es que lo hizo en términos musicales. La música para la escuela pitagórica fue fundamental, porque enlazó la matemática con el arte. 

Música es muc
ho más que una asignatura "María".

Sin ella, nuestros hijos serán incultos, sufrirán anhedonia musical y serán carne de reggaeton... De ser así, en un futuro no muy lejano, los míos serán afortunados: si en la escuela no lo aprenden, ya se lo enseñará su madre (y su padre, gran melómano, también), porque me niego a que desconozcan a Pitágoras, a Mozart, a Beethoven, a los Rolling y a los Beatles... Me niego a negarles el placer de sentir la música; de conocer la historia a través de ella; de saber qué música escuchaba Velázquez mientras pintaba "Las Meninas" en la cámara real; de saber que música es matemáticas; de conocer geografía sabiendo que cada continente, cada país, cada pueblo, cada tribu tiene su música, sonido diferente, y siendo diferentes, es lo que las une; de estimular sus cerebros y creen endorfinas; de mover sus cuerpos siguiendo un son...

...De elegir entre los infinitos estilos y les resulte difícil decantarse por una única canción como preferida porque todas les nutren de gran placer... 


(Artículo interesante y recomendable: "Cerebros "impermeables" a la emoción de la música - El Mundo, 07/03/2014. )





domingo, 12 de enero de 2014

Invitación al séptimo cielo.


Las citas en las que me han invitado al cine, acabaron en fiasco. Posiblemente, por eso no invité los besos. 

El próximo que me invite, si es cinéfilo y elige bien la peli, le invito a un beso... Un beso de película. 


martes, 31 de diciembre de 2013

Esta noche, como Lola...

Existe un breve, minúsculo, ínfimo espacio de tiempo en el que se para el tiempo, un limbo espacio-temporal que no es de un año ni de otro, en el que estás sentada frente a frente al año saliente y abres los brazos para recibir el año entrante. Instante en el que la mente se queda en blanco, olvidas lo pasado y esperas lo nuevo. 

En ese nanosegundo de la última campanada, pensaré como Lola: "Estoy como nunca... Estoy acabando, de nuevo empezando la vida otra vez". 


Para todos y todas, mi deseo para esta noche, que estéis, estemos, como nunca. 


¡Feliz 2014! (Qué sueeeeeeerrrrrrrrte, ¡éste no tiene rima!) 



domingo, 24 de noviembre de 2013

Mi hombre ideal



El otro día en una conversación entre amigos alguien lanzó al aire una pregunta aparentemente sencilla de responder, o así me parecía: "¿Cuál es tu hombre ideal?". Me quedé ojiplática, boquiabierta porque pensaba que lo tenía fácil para contestar, y medité, dió mucho que pensar.

Mi hombre ideal es:
  • Inteligente, culto sin resultar repelente.
  • Auténtico. "De verdad". "De verdad de la buena". 
  • Con sentido del humor y me haga reír, sin temer hacer el ridículo o el payaso para sacarme una sonrisa.
  • Lógico, sentato, analítico sin llegar al punto de encontrarlo como "El pensador" de Rodin.
  • Divertido. Vitalista. Optimista.
  • Le gusta compartir, abrirse tal como es para poder conocerlo por completo.
  • Cómplice (mío, claro).
  • De palabra. Si da su palabra, la da. Y la cumple.
  • De hechos. Si me quiere, lo demuestra. Mucho "lirili" y mucho, muchísimo "larala". 
  • Honesto, con humildad.
  • Bondadoso con un corazón que no le cabe en el pecho.
  • Atento, detallista.
  • Romántico, que no cursi.
  • Cualquier momento es idóneo para regalarme flores. Para dejarme un post-it en la nevera y unas letras cariñosas. Para llamar. Para un mensajito. Para demostrarme que estoy presente en él.
  • Apasionado.
  • Valora el sentido de las pequeñas cosas y su sencillez.
  • La comunicación y la confianza es la base de todo.
  • Sensible, que no sensiblero.
  • Tiene carácter, que no mal genio.
  • Cariñoso. Cuida de mí, sin más.
  • Educado, de buenas maneras y saber estar.
  • Fiel. Leal. Fiel A MÍ. Leal A MÍ. 
  • Valiente.
  • Dispuesto y sin miedo a amar y ser amado.
  • Decidido a compartir una vida juntos. Compartir un presente y construir un futuro, juntos.
  • Mi "compañero de viaje". Mi amigo. Mi amor. Mi amante. Mi todo. La parte que me falta. Y viceversa.  
  • ...
  • Moreno.
  • Más alto que yo. 1'78-1'99 m de hombre para mí, para mis 1'78 m. 
  • Un hombre que no necesita que lo mantenga interesado, porque Él sabe que yo SOY INTERESANTE.
  • Un hombre que pudiendo evitarme una mínima parte de sufrimiento, lo evita.
  • Un hombre que estando con él me hace REALMENTE FELIZ
  • Un hombre que me enamore de verdad. 
  • Vamos, lo que es un caballero. 
  • ... Un caballero E-NA-MO-RA-DO. Enamorado DE MÍ. 
Tras todos estos pequellos detalles, me dí cuenta cual era mi ideal masculino viendo una peli. Sí, viendo una peli. Viendo pelis que había visto multitud de veces y siempre aparecía la misma sensación, la de "ay, yo quiero uno como ése". Sí. Es él. Mi hombre ideal es John Cusack. Un tipo normal, formal, sencillo, agradable... Vamos, John Cusack

Y sí, quiero uno como ése. Con sus virtudes y defectos, pero como él. Y cuando lo tenga, sólo para mí, por fín me daré cuenta, por qué no funcionó con nadie más...