miércoles, 6 de agosto de 2014

Kill Bill ó mil dolores pequeños

Nunca me han escayolado nada. Nunca he visitado la Casa Socorro. Nunca me habían dado puntos... Hasta hace pocos días. 

Como preparación previa, decidí tener un finde relajado y meterme entre pecho y espalda los dos volúmenes de "Kill Bill" de Tarantino: 

  1. Porque al igual que Beatrix Kiddo (Uma Thurman), debía prepararme mentalmente con Pai Mei (a falta de maestro Zen, bien vale una peli) para poder convertirme en La Mamba Negra y lidiar con la katana a la que me enfrentaba... Vamos, el bisturí...
  2. Para ser tan fuerte como La Mamba para cuando llegase el momento de ser "La novia", para tocar el dolor y volver a ser fuerte. Vamos, para superar los puntos... 
  3. Porque qué demonios... Me gusta Kill Bill. Me gusta esta peli porque la "prota" es una tía fuerte. Aunque Tarantino ya sabemos cómo es: sangriento y gore, y a mí no me gusta tanta guarrería de sangre, esas escenas no las miro... me tapo los ojos. 
Soy aprensiva. Qué le vamos a hacer... No puedo mirar una aguja. Y un bisturí ó aguja de puntos, ni te cuento... Pero si todo fuese no mirar, ay... Lo peor es, oírlo. O recrear en tu mente lo que te están haciendo... Así que, prefiero que en esos momentos, no me hablen, ni pregunten ni digan nada, para concentrarme en no pensar... Pero bah, da igual, me hablaban tanto el médico y enfermera que parecía un gallinero y pensé volverme majareta... En cierto modo, agradezco la "verbena" que montaron a lo Hermanos Marx, porque es una forma de no pensar y evadir el dolor :) 

Una vez alguien me dijo que si alguna vez sintiese dolor, que no tuviese miedo, porque el dolor nos recuerda que estamos vivos. También me dijo que siempre siempre siempre, me anticipase al dolor, y antes de que apareciese, tomara un ibuprofeno... 

El mal rato de la operación pasó, ahora queda sentirse "viva" una temporadita... Con mil dolores pequeños... Y pasitos de "Click" de Playmobil... Porque el "ibuprofeno", MI IBUPROFENO, ya lo tomé... Killbillfeno. 

Como La Mamba en el duelo de La Casa de las hojas azules, estoy tocada, pero no hundida... EL DOLOR ME LO COMO CON PATATAS FRITAS. Aunque duela. 

Pd. Me encanta, me encanta, me encanta la escena del duelo con la nipona. La versión del "Don't let me be misunderstood" de Nina Simone (y muy conocida gracias a The Animals), por Santa Esmeralda... Es hortera, horteríiiiiisima, pero le va que ni al pelo a la escena. Además, da subidón, y me encanta. 


Ppd. Ay... Qué poquito me quejo... Ay. 


2 comentarios:

José Núñez de Cela dijo...

Ahora toca recuperarse!
Los dolores se pasan (... espero) y hay muchas formas de superarlo. Tarantiprofeno puede ser una, sí.

Saludos!

Palmira Oliván dijo...

Muchas gracias, José!

Todos los dolores se pasan, al menos, los físicos... O casi todos :) ... Los míos seguro que sí, con antibióticos, Nolotil, Tarantiprofeno, libros y mil cosas...

El lado bueno de estar así, es que me miman más de costumbre y me piden, ordenan, exhortan que tenga caprichos, porque me los dan (como sea caprichosa de verdad, se van a enterar...) :D

Saludos y gracias!