viernes, 31 de diciembre de 2010

Adiós 2010... ¡Bienvenido 2011!


La noche más mágica de la Navidad es sin duda, la Nochevieja. Al menos para mí: más familiar, más alegre y más emotiva, eso de dejar un año y comenzar otro rodeada de las personas que quiero es muy especial. Me gusta más, simplemente.

El 2010 se ha portado muy bien conmigo en términos generales y, el 2011, será (es) mucho mejor, eso sin duda. Año nuevo, década nueva. Adiós a estos diez años tan intensos, de pasar de tener 20 a 30, de la universidad al mundo laboral, perderme, buscarme y encontrar al fin, la mujer que soy... Así de azarosos han sido estos diez años tan bien vividos.

Esta noche, engalanaré la mesa, cocinaré suculentos manjares y encenderé velas por los que estamos, por los que faltan y por los que estarán en ella; sacaré mis gafas con nariz, soplaré con fuerza el matasuegras y bailaré como una posesa, sacando mi lado más hortera, a Boney M (una Nochevieja sin estos tres elementos no es Nochevieja ni es nada).

¡Feliz Año Nuevo!

Pd. Como no podía ser de otra manera, la banda sonora de hoy es el grupo fetiche nocheviejero por excelencia, Boney M, aunque 2010 se haya llevado a Bobby Farrell, seguirá animando y alegrando muchísimas noches más.



miércoles, 22 de diciembre de 2010

Todo lo que quiero para Navidad...



Esta Navidad voy a ser egoísta. Muy egoísta. Mucho.


No voy a pedir mucho estas navidades, ni siquiera deseo que nieve. No me importan los regalos, abajo del árbol de Navidad, ni necesito colgar mi calcetín en la chimenea, es más, no haré una lista interminable para enviarla al Polo Norte para Santa Claus, un juguete en el día de Navidad no me haría feliz.

Sólo me quedaré esperando debajo del muérdago, porque sólo quiero que estés conmigo a mi lado. No quiero mucho por Navidad. Sólo te quiero para mí, más de lo que puedas creer. Haz mi sueño realidad porque, todo lo que quiero por Navidad... Eres tú.


domingo, 19 de diciembre de 2010

Escapar

Querida mamá:

Ya sé que sólo basta con mirarnos a los ojos sin decirnos nada para saber cómo está la una y la otra. Sabes que yo (a veces) necesito expresarme a través de letras como sé que si lo lees, te emocionas.

Qué te puedo decir que no sepas, eres la mujer que me dió la vida, arquitecta de mi cuerpo, mis genes y mi forma de ser. Conoce todos y cada uno de mis rinconcitos mucho mejor que yo misma. La mujer más sabia, la mejor de todas, la que me ha enseñado y me enseña sin querer cómo se quiere y el significado de lo que es el amor incondicional sin esperar nada a cambio.

Hemos pasado unos días muy fastidiados, sé que aunque no me hayas visto llorar lo habrás notado, pero no quiero que me veas así, no quiero. Si me ves así te debilitarás y no puedes permitirte eso, dejar de ser fuerte y luchar. Mamá, has pasado lo peor, lo que más miedo te daba. Para mí también lo era, aunque tuviese atisbos de negatividad, sabía que iba a salir bien, debía salir bien porque te quiero a mi lado y aún tienes que dar guerra (jo mamá, ¡que tienes que "malcriar" a mis hijos!). Fueron unas horas horribles de espera hasta que la doctora dijo que todo salió bien, mucho mejor de lo que esperaba.

Ahora sólo queda un largo y duro camino, pero no estás sola. No te vamos a dejar sola. No te voy a dejar sola. Vamos a pasarlo juntas, somos fuertes para eso y mucho más. A ese mal bicho canceroso lo vamos a aniquilar, ya lo verás. Mientras escapa, "abre las puertas de la percepción, usa el poder de tu imaginación, aunque no puedas mirar hacia el sol, sabes que sigue brillando por tí. Piensa en las cosas que te hacen sentir, cada segundo vivir y escapar...".

Mamá, te quiero mucho.



martes, 14 de diciembre de 2010

Abejas y azucarillos





LA VIDA DE LAS ABEJAS


"Ella robaba azucarillos en las cafeterías y salía radiante poniéndose el azúcar en la lengua para que yo acudiera a besarla." (J. Marín Ceballos)


Inevitablemente viene a mi memoria aquella canción de Claudine Longet, "Sugar me", una voz dulce y sugerente, para mojar los labios en azúcar.  

Porque, ¿acaso hay algo mejor para endulzar y que te endulcen? Con un cuento así... 

Robaré azucarillos, mojaré mis labios y lengua (sólo la puntita ¿eh?) a ver qué pasa.



miércoles, 8 de diciembre de 2010

Imagina...

(...Que fuese un 8 de diciembre cualquiera. Que no hubiese que recordar un día como hoy. Que no se cumpliese 30 años de cinco fatídicos disparos por la espalda.)

John había pasado cinco años sin grabar ningún disco y en octubre de 1980 reapareció con un trabajo nuevo, "Double fantasy", cuyo LP "Just starting over" ("(Cómo) Empezar de nuevo") cayó como agua de mayo mostrando el Lennon más vivo y esperanzador de todos los tiempos. En diciembre se encontraba haciendo todo tipo de entrevistas, reportajes y fotografías para el lanzamiento del disco, y ese 8 de diciembre realizaba una sesión fotográfica en su apartamento en el Edificio Dakota con Annie Leibowitz para la revista "Rolling Stone", de esas fotografías la más famosa y conocida es la que aparece con Yoko, ella vestida con un jersey negro de cuello vuelto y él, desnudo, en posición fetal.




Tras la sesión, John y Yoko se dirigen a los estudios de grabación para realizar nuevas canciones para el próximo disco y a la salida, firma ejemplares de "Double fantasy" a unos fans que le esperan en la puerta. Cogen una limusina de vuelta al apartamento. John sale de ella y... Cinco ruidos atronadores, secos y fulminantes hicieron eco en su cuerpo.


Treinta años después, John recuerda este momento como una anécdota, como el día de su "renacimiento", aunque a veces se aqueja de la secuela que le dejó en el hombro izquierdo. Calvo, y con sus sempiternas gafas (hace diez años que se operó de miopía, pero sigue usándolas) vive feliz junto a Yoko en una casita de campo inglesa, apartado de la vida tan ajetreada de Nueva York desde el accidente en el Edificio Dakota, ciudad a la que viajan de vez en cuando para inaugurar exposiciones de su amada japonesa. Con setenta años ha vivido a su manera con esa máxima vitalista, humanista y pacifista "gustándole tal y como era, sin querer ofender a nadie", en continua "lucha" contra la violencia y abanderando el sueño de volver a creer en los hombres, tomar conciencia de la unión y fuerza humana y la fe en las personas (¿recordáis aquellas palabras tras la caída del muro de Berlín en el 89?), viviendo los proféticos versos de "Imagine" como una realidad.

Actualmente, vive la senectud junto a su amor, como él deseaba, gracias, en parte, a aquella canción que sonaba en diciembre de 1980, aquella que le cantaba a Yoko "cómo empezar de nuevo"...

Pd. Gracias John. Con esta canción "imagino" envejecer en una casita de campo, estar sentada en una mecedora en el porche, coger de la mano a mi marido, mirarle a los ojos escuchando de fondo las risas de nuestros nietos y ser feliz por todo el tiempo vivido juntos. Gracias por ponerle música a este sueño (quizás, un día, hecho realidad).