sábado, 28 de agosto de 2010

Mariquitas



Cuando era pequeña pasaba horas buscando mariquitas. Un día me rendí y me quedé dormida en la hierba. Al despertar, las tenía por todo el cuerpo.

domingo, 22 de agosto de 2010

Mediterráneo




"A tus atardeceres rojos

se acostumbraron mis ojos

son como el recodo al camino...

(...) Tengo alma de marinero... (...)"

("Mediterráneo", Joan Manuel Serrat)


Aunque sea de tierra llana, de solana y secano, sabes que estoy ligada a tí antes de nacer, mucho, mucho antes. Hay una parte de mí encadenada a tí. Al año te descubrí, me acunaste y descubriste nuevas sensaciones, fue mi primera vez... En tí. Año tras otro me recibiste con los brazos abiertos como el hijo pródigo que vuelve a casa, ofreciéndome lo mejor que podías ofrecer, todo dádivas y regalos que atesorar en el presente y en el recuerdo. Hoy, te echo de menos. Te añoro. Quisiera que me volvieses a acunar, como la primera y la última vez que lo hiciste. Te extraño.


Quien sabe si seguiremos teniendo esta extraña unión: ¿habrá más primeras veces? Eso sólo lo sabes tú, tienes más poder que yo para saberlo. Alguno de estos días volveré como la hija pródiga (no me pariste, pero me adoptaste), te abrazaré y conversaremos largo y tendido mirándonos a los ojos. Sé que tú me recibirás con amor, como siempre has hecho... Espérame, aún tengo que volver a tí.






jueves, 19 de agosto de 2010

El piojo y la pulga


Romance La boda del piojo y la pulga



La pulga y el piojo se quieren casar

y no tienen cuartos para convidar.

Viene la hormiga desde su hormiguerillo:

"Haced la boda, que yo os doy pan"

Contentos estamos, que pan ya tenemos,

pero no nos casamos por no tener vino.

Vino el mosquito desde su tinaja:

"Haced la boda, doy una jarra".

Contentos estamos, que vino tenemos,

pero no nos casamos por no tener carne.

Viene el carnero desde su carnicería:

"Haced la boda, que yo os doy carne".

Contentos estamos, que carne tenemos,

pero no nos casamos por no tener padrino.

Vino el ratón desde su cueva:

"Haced la boda, que soy padrino".

Contentos estamos, padrino tenemos,

pero no nos casamos por no tener madrina.

Vino la cigüeña desde su torrecilla:

"Haced la boda, que soy madrina".

Contentos estamos, madrina tenemos,

pero no nos casamos por no tener cura.

Vino el lagarto desde su sepultura:

"Haced la boda, que soy el cura".

Contentos estamos, que cura tenemos,

pero no nos casamos por no tener música.

Cantan las ranas, bailan los sapos,

tocan las castañuelas los renacuajos.

Y en estando en la boda con gran regocijo

llegó un gato pardo y se comió al padrino.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Unos chapines rojos




En una casita de Kansas vivía Dorothy con sus padres y su perrito Totó, hasta que un día, llegó un inesperado tornado arrasando con todo lo que se encontraba a su paso. La casa voló y voló hasta llegar a un lugar recóndito, perdido, cayendo justo encima de la bruja del Norte a la que dejó patitiesa de mortalidad, cuyo cadáver únicamente se podía ver unos chapines de un rojo rubí brillante de los que Dorothy se apropió. Más tarde comprendió que eran el medio para volver a casa. A su casa. Le bastaría calzárselos, unir tres veces consecutivas sus talones, cerrar los ojos y pedir un deseo para que se le fuese concedido. Y lo consiguió. Porque todo deseo está al otro lado del Arco Iris, y sólo basta con desearlo de verdad... Y unos chapines rojos.



Unos simples chapines rojos... Parece que Dorothy-Judy Garland habla/canta las palabras de esta escena por la persona que veo en el espejo. Si encuentro los chapines, los haré sonar.






miércoles, 4 de agosto de 2010

Y Dios me hizo mujer (Gioconda Belli)

"Mujer desnuda tumbada" (1917) Amadeo Modigliani.


Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos, nariz y boca de mujer.

Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.

Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.

Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.

Todo lo creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días,
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.




Gioconda Belli.